¿Internet nos vuelve agresivos?


Es de sabiduría popular que en internet las personas se muestran mucho más agresivas que de costumbre. Las personas, ocultas tras una pantalla, hablan sin filtro y hieren sin miramiento. ¿Hasta qué punto es esto verdad? Siempre se ha dicho que la clave de todas estas riñas, de todos esos insultos, ha sido el anonimato. Bien, desde que el majo Google no obligó a usar Google+ en Youtube, cuando publicamos, la mayoría de nosotros lo hace con nuestro nombre real. Si insultamos a alguien con él, pueden entrar, pueden saber de nuestra vida, de dónde somos. Pero los comentarios en Youtube siguen calientes.

"oie men, eres un pendejo no tienes ni la reputa (idea), ballase a la mierda (porque no piensas como yo)" «Usuario medio de Youtube»
"baia la verga tu madre wei parce no mames (claramente, eres tú el equivocado)" «Otro que contesta»
Los paréntesis son míos, por si POR UN CASUAL no lo has adivinado.
Entonces, ¿qué ocurre? El anonimato no es. ¡Oh dios mío! ¡Entonces es el internet! Esto deben saberlo todos los ciudadanos, ¡enciendan las cámaras de la televisión pública y culpemos a internet de todo (y a los videojuegos)! Ahora en serio, ¿qué pasa?



Si tienes cierta experiencia con internet, recordarás aquella época oscura en Youtube donde Elrubius, Mangel y los Dickstroyers eran lo más (el más famoso, Thous Carapollen. ¿Se escribía así?). Esa época también coincidió con una época oscura en Twitter, en la que el humor negro empezó a prosperar, a ponerse de moda y pronto muchos usuarios rompieron las barreras del mal gusto. El Gobierno intervino, y desde entonces los tuits que se pasan de la raya son castigados con pena de cárcel y demás, como si se hubiera dicho en la vida real, cara a cara.

En realidad, 4chan ya llevaba mucho tiempo dando por culo, y reddit también llevaría otro tiempo, pero la red social pública que usaban los famosos era Twitter. BAIA. Plumeros que se ven a parte, mucha gente se quejó por esto, pues justificaban que el Gobierno estaba tratando de controlar la única plataforma ingobernable del mundo, pero es que resulta que es tan ingobernable como violenta.

Y no hablo solo de amenazas y faltas de respeto. Últimamente la gente se ofende tanto en internet que se empiezan a hacer chistes con esto. No importa lo que hagas, si incluyes una minoría, si no la incluyes, te van a atacar, gente de la minoría, gente que no es de esa minoría, gente que no es de la minoría y se ofende por las personas de la minoría que no se han ofendido. No importa que no se insulte y no se amenace, la ofensa crea un clima hostil, de campo minado, que proviene de la agresividad, y soy muy consciente que estas mismas palabras que digo van a molestar, porque hay gente que cree que la ofensa es una herramienta de reivindicación completamente lícita.

Pensemos por un momento en una pelea callejera en las fiestas de un pueblo. Suelen ser increíblemente mecánicas: gente de otro pueblo con ganas de movida busca un objetivo fácil de provocar, o busca a alguien de ese pueblo al que tienen ganas, primero provocan, los amigos del pueblo en cuestión defienden al objetivo, se encaran y empieza la trifulca. Muchas peleas se desarrollan así, y estamos acostumbrados que los que las buscan son gamberros, gente de la baja sociedad. Pero os diré algo: para mí, el que pega el primero tiene tanta culpa como el que provoca. Y los insultos son armas psicológicas, donde los puños son armas físicas. La diferencia es que las personas que insultan por internet son bastante peores. Son bullys aficionados. Los bullys reales, los de la calle, al menos son baja sociedad de verdad, saben lo que quieren y son valientes, cosa que los de internet no tienen, me da igual que no peguen, lo que hacen es igual pero más cutre.



¿Qué tiene la realidad entonces? La gente no se ofende tanto, ¿verdad? No hay tantas trifulcas... En mi opinión, no las hay, pero se piensan igualmente. Os diré algo, el internet realmente sirve como liberación, y creo firmemente que lo que se opina en él, quitando a los que toman el pelo, es real. Para mí el internet es mucho más real y humano que la propia realidad. ¿Por qué?

Lo que pensaste sobrio, lo dices ebrio.


Es un principio cojonudamente simple. El ebrio no se inventa las cosas, y el hombre sentado detrás de una pantalla tampoco. En la realidad vivimos cosas que nos molestan pero no decimos, nos molesta que el vecino ponga la música hasta las dos de la mañana, pero no podemos decirle nada porque es un gigante de tres metros que levanta pesas de cien kilos y come niños. Queremos decirle a la jefa (OJO QUE SI LLEGO A DECIR JEFE...) cuánto le odiamos, pero tragamos porque la vida es la que es y nos tenemos que joder, ¿y el internet? El internet es libertad, el internet no es el que es, nosotros lo creamos. Y llegamos a casa y abrimos un blog de opinión para poder desahogarnos, para poder decir que las tetas de Beyoncé bambolean y la vida es una mierda llena de Gobiernos que nos controlan el internet, y abrimos Youtube y vemos un pavo que no está de acuerdo con nosotros y es un gilipollas, y se lo decimos en los comentarios porque es un imbécil sin razón, porque estamos hasta la polla de vivir y queremos desahogarnos un poco.

Estoy seguro que si conociéramos a ese youtuber en persona no lo criticaríamos, y si opinase diferente, sería su opinión, estemos o no hasta la polla, ¿sabéis por qué lo creo? Porque hablaríamos con una persona, no con datos.

Cuando jugaba a rugby, antes de cada partido, veíamos de lejos al rival, pero no nos acercábamos a ellos, cada equipo permanecía en su esquina del campo. Antes de empezar el partido, el capitán gritaba, a pleno pulmón, para que el otro equipo le oyera, que les íbamos a matar, que les íbamos a hacer picadillo, que no íbamos a tener piedad, y todos gritábamos de pura rabia. El rival no eran personas con sus estudios, su familia y sus problemas, era el rival. Detrás de esas caras no había sentimientos, solo la línea de gol. Pero cuando acababa el partido, ambos equipos comprábamos bebida, y bebíamos juntos, nos contábamos nuestras historias, nos conocíamos, nos reíamos juntos. Un año después, nada importaba: en el campo, volvería a ser el rival.

Algo parecido pasa en internet. Publicamos con nuestro nombre y seguimos insultando, porque no es el anonimato el problema, sino ver al otro y observar un avatar, o una cara que se mueve diciendo lo poco que está de acuerdo contigo. Cuando he jugado a juegos online, el rival era el rival, y siempre lo sería, porque nunca llegaría a ver su cara y compartir conversación con él, por eso, quien no me conoce, piensa que los odio. No los odio, son mejores que yo, y su escroto merece reventar por ello, nada más. Pero no es personal, porque no puedo conocer a quien está detrás, son datos, son un avatar, son un personaje de videojuego que se mueve. A esto además, hay que añadir que confrontar a alguien en persona, incluso odiándolo a muerte, es mucho más difícil. Ver sus ojos y mantenerse firme siempre costará más que llamarle gilipollas por internet.

Entonces, ¿qué solución pondrías a esta miseria, Carlos oh Salvador del Universo? Sinceramente, no sé si se la pondría. La razón por la que internet es tan ingobernable y libre es precisamente la misma que hace que sea tan agresivo. A mí los insultos no me molestan. He recibido insultos por decir que Batman v Superman no me pareció una película que consiguiese lo que se propuso con sus premisas filosóficas, y me ha dado bastante igual. Pero sí que veo un problema en la ofensa. Lo diré alto y claro:

"Los que os ofendéis sois unos debiluchos traumados. Si hubieseis superado aquello por lo que os ofendéis, no os ofenderíais, os daría igual" «Carlos Catret Badía, puto amo los viernes por la tarde»
Cuando la gente dice que aquellos que mezclan la pizza con piña deberían morirse, no me siento ofendido, porque sé que si me conocieran, dirían
"Que se mueran todos... menos tú. Tonti." «Civil estándar al que no le gusta la piña en las pizzas» 
pero como no me conocen, no me hablan a mí, de hecho, no hablan a nadie. Si dicen por la calle que ojalá se mueran todos los valencianos, yo no me voy a sentir ofendido, porque el que habla es un tonto del culo y no merece que pierda el tiempo con él. Y vamos, cuando alguien se ofende sobre algo que no le toca a él, me alegra el día. Recuerdo perfectamente cuando mucha gente se enfadó a favor de los japoneses porque la protagonista de Ghost in the Shell iba a ser americana, alegando que debería ser japonesa...

Y los japoneses dijeron que lo mejor que fuera americana, porque los ojos del anime son bastante abiertos.


El problema, al final, no es la gente debilucha que se siente ofendida, sino la que toma el odio que ha recibido en la vida real y lo justifica, diciendo que empleado de esta manera, está bien.

Mirad lo que me hacéis hacer.

Y yo que tenía preparada una reflexión sobre por qué el anime y el hentai japonés son tan diferentes al entretenimiento y porno occidental, ¡y me mandáis a la mierda y una reflexión al mismo tiempo! Pues en la mierda he reflexionado, obviamente, sobre la gente que se ofende, y de paso...

¡IROS A LA MIERDA TAMBIÉN VOSOTROS! CHAUUU ^^


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