¿Cómo arreglar las precuelas? Parte 1: La Amenaza Fantasma.


Después de todo el geit (jajajaja... esto de españolizar los anglicismos me está matando) que recibieron los episodios I y II, habría que preguntarse qué cambios se podrían haber hecho en estas películas para que verlas, hubiese merecido la pena.

El principal problema de estas dos películas es que, más que malas, son absolutamente inútiles. No nos cuentan nada importante cara al tercer episodio, y podrías hacer la prueba. Enseña el Episodio III a una persona que no haya visto ninguna de Star Wars, o al menos, no haya visto la trilogía precuela. No sabrá que Dooku es el maestro de Qui-Gon, y no sabrá quién es Qui-Gon, ¿y acaso importa? Solo sabrá que es malo, que está en el bando de la guerra contra la República, que ha capturado al Canciller y que ha sido asesinado por Anakin. ¿Acaso importa que se sepa explícitamente que Palpatine y Dooku eran amigotes? ¿Importa que se sepa de dónde proceden los clones? Si es que ni siquiera el Episodio II lo explica correctamente.

Y total, Padmé y Anakin están juntos y está prohibido, lo descubrirá pronto porque total, se dice explícitamente en el Episodio III, y así de paso, le ahorrarías el trance de ver el pasteloso e irreal romance.


El objetivo de esta entrada, a modo de reflexión, es plantearme los problemas reales de la trilogía precuela, convirtiendo sus dos primeros episodios en una historia de la que dependa el tercer episodio, y no al revés, sin modificar el esqueleto principal de su historia. En otras palabras: ocurrirá más o menos lo mismo, pero de forma que importe, lo que significa que haré cambios en la personalidad, puesto y destino de sus protagonistas.

Por supuesto, pongo aquí la alerta de espoiler, e invito a todo el mundo a comentar cómo lo hubiera hecho para arreglar las precuelas, modificando la historia o no, porque al fin y al cabo lo que leas será una opinión, por más argumentada que esté. Y recuerda que yo me pongo el límite de que ocurra más o menos lo mismo por no cambiarla demasiado, pero tú eres libre de comentarme tus opiniones sin límite alguno.

Antes de empezar, quiero dar crédito al canal de yutub Belated Media, el cual me hizo reflexionar sobre esto por primera vez y, aunque en mi opinión se sale demasiado de la historia original, sí fue la piedra angular sobre la que yo construí mi visión. Encontrarás sus vídeos, muy buenos, escribiendo 'how to fix the star wars prequels'.

Un cambio radical de enfoque para unas películas sin enfoque.


Para hacer una saga que tenga sentido, antes de comenzarla, debemos saber qué queremos que el público haya aprendido al acabar la última parte, y a partir de ahí, diseñar el cómo lo contaremos, y de ahí, cómo la empezamos. Así pues:
  1. La saga acabará con la extinción de los jedis en su pleno apogeo, y con el elegido pasándose al Lado Oscuro. Lucas quiere plasmar la decadencia, que provoca que una época dorada se suma en la oscuridad. Una auténtica tragedia, que, sin embargo, genera una promesa de que dos niños, quizá, den la vuelta a la tortilla y vuelva la esperanza.
  2. ¿Cómo contamos algo así? Desde luego, no con Anakin como protagonista. Por dos motivos: el primero, que la trilogía original sigue la estela de Darth Vader desde el punto de vista de Luke, y el segundo, que la evolución de su personaje es demasiado compleja como para ser creíble siendo el protagonista.
¡Eeeeepa! Antes de decidir cómo la empezamos, vamos a darle más vueltas a este segundo punto. En realidad, escribir a un Anakin que cae en el Lado Oscuro es relativamente fácil, pero Lucas se complicó tanto con la historia que convirtió su evolución en algo difícil de transmitir, y hemos quedado en que no modificaría la historia original. Por eso, porque al alejarnos Anakin mejorará en verosimilitud, y por seguir la estela de Anakin desde el punto de vista de otro personaje tal y como ocurre en la trilogía original (y hacer cierta poesía narrativa), el protagonista de las precuelas será Obi-Wan Kenobi.


Una técnica efectiva para plasmar la evolución de un personaje es que, si al final va a conocer su verdad, al principio debe creer en una mentira, que debe estar lo más alejada posible de esta verdad (gracias, Lessons of the Screenplay, por otorgarme reglas tan cortas y bien explicadas). Así pues, ¿cuál va a ser la verdad que Obi-Wan descubra en el Episodio III? Que no pudo mantener a Anakin en la senda del bien, que la República no funciona por su corrupción, y que los jedis han muerto debido a su arrogancia.

¡Establezcamos su mentira! Es bien fácil: Obi-Wan creerá ciegamente en la República, creerá en la Orden Jedi y creerá en su aprendiz. ¡Tan fácil!

Ahora sí, contemos qué pasa: La Amenaza Fantasma.


Pasado este trance técnico, ya podemos dejarnos fluir. Siempre, antes de crear una historia, hay que plantearse este tipo de cuestiones técnicas que van arriba, porque te garantiza dos cosas: la primera, que cuando te pongas a escribir, no tengas que pensar en asuntos farragosos, y la segunda, que tu historia siempre tiene el enfoque claro. Así escribes bien y rápido, simplemente con una buena planificación.

Vamos a empezar a contar los primeros cambios: Qui-Gon no será el maestro de Obi-Wan. Tal y como se narró en las precuelas, Yoda fue su maestro, y comienza la película cuando ya se ha convertido en un Caballero Jedi. Yoda, que ve en Obi-Wan a una persona habilidosa, pero impulsiva, le envía en una misión con el maestro Qui-Gon, una leyenda dentro de la Orden, que incluso rechazó un puesto en la silla del Consejo porque consideraba que los desvalidos de la galaxia necesitaban su ayuda directa, no su culo en una silla.

Qui-Gon y Obi-Wan, a lo largo de la película, comenzarán a tener bastante química entre ellos, y el maestro plantará en el joven jedi dos ideas: debe tener sabiduría, y una vez adquirida esa sabiduría, tener paciencia hasta que encuentre el buen momento para actuar. Segundo, no debe fiarse de la República solo porque por fuera sea buena: debe desconfiar de todo, siempre sin juzgar. Esta segunda idea, sin embargo, no cala en Obi-Wan, que al acabar la película primera aún dirá que cree en la República, y así será hasta el tercer episodio.


¿De qué va esta nueva trama? En realidad, es lo mismo. La Federación de Comercio, a modo de protesta, está abusando de un planeta al dejarle sin suministros, y Qui-Gon y Obi-Wan, partiendo desde Coruscant, han ido a negociar por la liberación del planeta. El plan es que Qui-Gon les convenza mediante la fuerza, pero les han descubierto y deben huir. Cabe destacar que, en mi versión, el que percibe una trampa es Qui-Gon, mientras que Obi-Wan, debido a su ingenuidad, no percibe nada, y de hecho, no percibe nada nunca, porque no tiene la calma suficiente de no actuar algunas veces.

¿Qué pretendo conseguir con esta actitud de Obi-Wan? Fácil: que en este primer episodio, se parezca al futuro Anakin todo lo posible, por dos motivos: el primero para ver cierto paralelismo, y el segundo, para que el espectador tenga esperanza de que Anakin se arregle como Obi-Wan lo hizo. Obi, de parecerse a Anakin en el primer episodio, acabará siendo muy igual a Qui-Gon en el tercero.

La cuestión es que maestro y jedi huyen a Naboo, donde conocen a los Gungans, que le llevan a ayudar a los habitantes humanos de Naboo, por supuesto con ayuda de la persuasión de la Fuerza, porque los Gungans odian a los humanos. La República, ya en el pasado, intervino en Naboo cuando estalló una guerra civil entre ellos, y quitaron muchos territorios a los Gungans por considerarlos culpables en la disputa. Así, los dos protas llegan a la ciudad capital de Naboo y descubren que las cosas están bastante peor de lo que imaginaban.

Un golpe en la mesa, que le den a los niños.


El ejército de la Federación ha sitiado Naboo, y está torturando a la Reina para que firme un tratado en el que Naboo aceptaría lo que la Federación está haciendo, y no solo convertiría en legal la conquista, sino que además el apoyo de ese planeta, aunque sea pequeño, aumentaría mucho las probabilidades de que las exigencias de la Federación superasen en fuerza a las de la República en el senado, debido a un vacío legal. Naboo, por supuesto, formaría parte de la Federación, y esto significaría, básicamente, una conquista a la República, como si Carrefour comprase Asturias, o Jalisco, por poner un ejemplo. Esto significaría prácticamente una guerra, y la República no tiene suficientes clones para afrontarla.

Aunque han rescatado a la reina de su tortura, los jedis aún tienen un problema: ¿cómo solucionan esto? Tan solo son dos jedis contra miles de droides, allá afuera, las cabezas pensantes del ataque están en el espacio, y no tienen forma de despegar sin ser destruidos (porque el bloqueo que he ideado es efectivo, no como el de la peli). Obi-Wan quiere comenzar a rebanar cabezas mecánicas, pero Qui-Gon le detiene, porque percibe que su suerte cambiará pronto.


En efecto, en la ciudad capital de Naboo aterriza una nave, la del Conde Dooku. Dooku, al aparecer por la puerta y ver a los dos jedis, se abraza con Qui-Gon, se alegra de verle y se enorgullece del maestro en el que se ha convertido. Descubrimos que Dooku tiene muy buenas relaciones y negocios con la Federación de Comercio, y aunque ha fingido estar conforme con el bloqueo, no lo está en lo absoluto, y después de que Qui-Gon le explique la situación completa, Dooku se lleva en su nave a los jedis, a la Reina, y a su cohorte, y atraviesa el bloqueo con el beneplácito de la Federación, que aún no ha descubierto su traición. Sin embargo, antes de viajar en hiperespacio, un droide informa de la desaparición de la Reina, y los cruceros de bloqueo disparan a la nave de Dooku, que queda muy dañada y debe detener el hiperespacio y realizar un aterrizaje de emergencia en Tatooine, un planeta no muy lejano.

Te imaginarás lo que voy a hacer en Tatooine: utilizar la influencia de Dooku para salir del planeta y evitarnos la carrera de vainas. En Tatooine, Dooku informa al Canciller Valorum y al senador Palpatine de la situación real de Naboo y su situación actual, así que el Canciller manda una nave oficial para rescatarles, y Palpatine, que vemos que en realidad es Darth Sidious, manda a Darth Maul por su cuenta.


Por cierto, a estas alturas se revelaría que Dooku fue en el pasado fue jedi, y fue el maestro de Qui-Gon, su único aprendiz, y más tarde dejaría la Orden Jedi por quedarse sentados debatiendo todo y no hacer nunca nada por las injusticias de la galaxia. Qui-Gon está de acuerdo con él, aunque lo ve de forma diferente (una más equilibrada y sanota), y Obi-Wan está muy poco de acuerdo, pues tiene fe en la República y en la Orden Jedi. Estando en el planeta, Obi-Wan conoce a una joven Padmé, que se siente mal por la tortura que ha vivido su reina (en realidad, la doble), y Qui-Gon conoce por casualidad a Anakin, y descubre el inmenso poder en la fuerza que posee. Habla con su madre, y de ahí, con Dooku y Obi-Wan, y aunque Dooku se muestra reticente porque ve un poder muy ambiguo en él, accede comprar su liberación. Anakin y Padmé NO hacen migas en esta película.

Cuando suben a la nave oficial de la República, son atacados por Darth Maul, que llega a la vez que esta, mata a los soldados clon, y se enfrenta a Obi-Wan, Maul lo arrolla y casi lo mata, de no ser por Qui-Gon, que decidió actuar más tarde. Montan en la nave, y Qui-Gon y Obi discuten. El jedi le recrimina al maestro que se lanzara al ataque demasiado tarde, sin tratar de salvar la vida a los soldados clon, y Qui-Gon le explica que ha de tener paciencia, y que no debe apenarle la muerte de un soldado que cumple su deber. Bueno, básicamente es la típica charla en la que Obi reflexiona para convertirse en más sereno.

En Coruscant.


En Coruscant, los jedi no perciben esa tontería de que Anakin tiene miedo de perder a su madre, simplemente perciben mucho poder puro, muy neutral, ven buenas intenciones en Anakin, pero también mucho sufrimiento como esclavo. Pero Qui-Gon dice que cree saber lo que Anakin necesita, y se le asigna finalmente como padawan (aprendiz). Debido a la nueva información que Qui-Gon les ha dado a los jedi y a la República, deberían tomar Naboo por la fuerza, ya que la Federación está haciendo una conquista con todas las letras, ya que la Reina Amidala nunca llegó a firmar. Esto les aboca a la guerra, pero se espera que sea corta, ya que el ejército de clones de la República es limitado, y el de la Federación, en teoría, también. Así pues, todas las Guerras Clon se reducirían a una única batalla.

El Canciller Valorum y Dooku se oponen a esto, y los jedi no saben si hacerlo. Dooku insiste en que la violencia nunca es la solución. Amidala (por consejo de Palpatine) revoca al Canciller Valorum y le acusa de no tener poder real, y están todos de acuerdo en esto. Pasa una semana, en la que Qui-Gon, Anakin y Obi-Wan se conocen mejor, y también conocen a Padmé. Finalmente, es Palpatine el que sale elegido como Canciller, y su primera medida es combatir a los droides que asedian Naboo. Varias personas, entre ellas Dooku, acusan a Palpatine de motín contra Valorum, solo para proteger los intereses de su planeta. El senado se parte en dos, con una mitad defendiendo o bien a la Federación o a la diplomacia, y otra mitad defendiendo batallar contra la injusticia y opresión que están viviendo los habitantes de Naboo: la diplomacia podría alargar su angustia meses.


Este movimiento lo podríamos interpretar como una mancha en el currículum de Palpatine, frente a su limpieza total en la trilogía precuela. Sinceramente, yo no me creo la historia de hadas y fantasía que vive Palpatine, en la que todo le sale redondo, hasta lo casual. Este fallo calculado, en mi opinión, le hace parecer más humano, y a la vez más terrorífico, porque falló adrede. La cuestión es que los clones, ayudados por los Naboo y los Gungans, toman Naboo, y los jedi deciden no tomar partido, porque no saben qué hacer. Obi-Wan quiere ir a la batalla, y Yoda se lo impide, pero Obi-Wan incumple su orden. Qui-Gon viaja con él, y le regaña por desobedecer, pero no quiere que el joven muera por su imprudencia.

Quiero determe un segundo en la ayuda de los Gungans, porque sucede igual que en la peli, pero Qui-Gon ya sabía que Padmé era Amidala, por eso, cuando Obi-Wan va a persuadir a la rana grande con la Fuerza, Qui-Gon le detiene, porque sabe que puede obtener lo que quiere sin usar la Fuerza, tan solo observando y anticipándose.

Acabando.


Bien, la batalla se desarrolla igual, con algunas diferencias. Las naves de la República atacan el bloqueo, y mientras el bloqueo está ocupado, el ejército de tierra desciende a Naboo, y su ejército de aire ataca el controlador de droides. El ejército de tierra, junto a los Gungans, impiden que el ejército de tierra llegue al palacio, arrasando en el proceso la ciudad, que está siendo evacuada a toda prisa. En el palacio, la guardia de Naboo y los jedis, junto a Padmé, llegan hasta el virrey, pero aparece Darth Maul y les ataca, con la intención de protegerle.

Aquí, todo parecido. Mientras la guardia persigue al virrey, Maul combate a los dos jedi, y en cierto momento, mata a Qui-Gon. Obi-Wan, ahora solo, utiliza todas las enseñanzas que Qui-Gon le ha enseñado para vencer a Maul, partirle las piernas y lanzarle al vacío. Se siente muy mal porque Qui-Gon ha muerto. Sí, Padmé habría muerto por Maul de no haber desobedecido la orden, pero ahora ha muerto Qui-Gon, y sí es responsabilidad suya esa muerte. Comprende la importancia de ser paciente, reflexivo y equilibrado, y planta las bases de lo que será Obi-Wan a partir de ahora en el futuro.


La película se acaba de forma simple: la República ha ganado la batalla, pero el virrey ha escapado y ha ordenado fabricar más droides, y muchos sistemas se han unido a su causa, y entre esos aliados, el propio Conde Dooku, que hace las paces con el virrey. Palpatine, por su parte, está reuniendo financiación para crear más clones. Y por otro lado, Anakin, tras su entrenamiento básico, será entregado a Obi-Wan para su tutela, pues así se lo prometió a Qui-Gon antes de morir.

Conclu.


Como ves, he introducido al personaje de Dooku en esta película, para que sea un villano más dramático, al haberle visto de lado de los buenos y haber empatizado con él. Estoy seguro que este personaje te sorprenderá, porque su rol será muy diferente respecto a las películas.

Además, me he ahorrado acontecimientos como la carrera de vainas para dar más importancia a la evolución de los personajes y dar más tiempo a la batalla final, si se necesitase ese tiempo, y he rebanado al inútil de Jar-Jar, que no vale para absolutamente nada. ¿Cómo encuentran a los Gungans los jedi, entonces? Coño, ¿acaso Qui-Gon no es un faquin maestro de la Fuerza Viva?

Además, he dejado la relación entre Anakin y Padmé para la segunda película, que además, estará muy camuflada, porque veremos la historia desde los ojos de Obi-Wan. Y, finalmente, he acabado esta película como más o menos acaba la segunda, de forma que, al empezar las Guerras Clon, da sentido a su existencia, porque párate a pensar. ¿Acaso los episodios I y II no van exactamente sobre lo mismo? Así, tendremos un Episodio II en plenas Guerras Clon.


Ah, y sobre los dos droides C3 y R2, no haría más que dos cameos sueltos en dos sitios diferentes. Sí me gustaría que R2 sea utilizado por Padmé y a partir de ahí Anakin lo conozca, pero sin ninguna acción trascendental. Y C3, a base de cameos, acabaría la aventura en la III junto con R2, y fuera. Ni voy a pensar en ellos para las próximas, no es un aspecto que me quite el sueño, precisamente.

Espero que te haya gustado, en cuanto me ponga al día con Crónica de Mil Mentes, retomaré esta serie. ¡Recuerda que me interesa mucho tu opinión, sé libre de dejarla en los comentarios! ¡Un besi!

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